-Eso creo, pero, no me siento a gusto matándolos. Me parece que aun sienten, y que no merecen ser asesinados como estamos hacien*headkick* AUU!
Normalmente las relaciones familiares van bien cuando la familia es unida, incluso aunque no haya comunicación viva entre sus integrantes. El problema es cuando la llama de alguno de ellos se desvanece. Este era el caso de un druida en entrenamiento llamado Asnja. A los 7 años de edad había perdido a sus padres en un asalto de los centauros antes que llegaran los "enormes verdes" en su ayuda. Tras el asalto a la caravana donde Asnja viajaba con su familia, solo su abuelo había permanecido vivo, y decidió instruirlo en el arte del druidismo. A los 16 años de edad, se lo llevo con el a una migración espiritual en un lugar infectado donde la vida no era próspera.
-Te he dicho mil veces que estas cosas no tienen voluntad! No pueden pensar, y ya no son lo que eran antes! Si dejamos vivir estas aberraciones, te devolveran el favor arrancándote un brazo o persiguiéndote hasta la muerte! ES ESO LO QUE QUIERES?... El entranamiento acaba por hoy...
Ambos vivían en un campamento instalado en un claro de los bosques cercanos, la única parte donde los no-muertos no podían llegar. Senfol no era muy tolerante con su nieto, sobre todo por el hecho que no aceptaba todas sus lecciones.
Mientras Senfol dormía las noches por el cansancio y los arrebatos de ira que tenia en el día, Asnja recolectaba hierbas curativas y varas cercanas, fabricando bastones rústicos que para el tenían un gran valor sentimental.
-Mmm, una vez más
-...
-Concentrate y respira calmado. Mira en tu espíritu interior y busca tu verdadera naturaleza. Encuentrala y centrate en transmitir esa fuerza natural al exterior. Canalizala en la palma de tus manos y esfuerzate por conducirla al exterior.
No puedo estar por siempre para protegerte en este lugar, y antes que llegue ese día quiero que regreses a nuestro hogar como un druida hecho y derecho. Lo entiendes?
-Sí...
