*sigh* en fin...las vendas las traje por algo.
Por más que se vendaba, la herida parecía tener voluntad propia, no quería cerrarse. Comenzó a arder por lo que Morphang pronto se vio apoyándose en su propia maza. La niebla densa no le permitía sentir hacia adonde iba, provocando que tropezara varias veces abriendo más la carne de su pierna.
A duras penas, llego a una pequeña aldea rodeada por árboles frondosos pero grises y aparentemente sin vida.
Al pasar el portón de la entrada, pensó que podría estar deshabitado. Sin embargo, se le apareció súbitamente un anciano enano.
-Buenos días viajero! (buenos días? como este enano puede saber si es de día o de noche con este lugar siempre a oscuras?) Bienvenido a la aldea Delem. Es bueno tener peregrinos en estas épocas del añ-
-No soy un peregrino.
-Oops! Disculpe mi curiosidad pero, entonces para que es la venda?
-Sufrí un accidente hace años, pero no es nada de lo que deba preocuparse.
-Y porque cojea-señor! O Dios, le han atacado las bestias del bosque en su camino?! Venga, hay una posada al sur de la plaza. La Loca Sassy puede ayudarlo con sus heridas, permitame llevar su espad-
De un manotazo, Morphang golpeó al enano botándolo del camino. Corriendo tan rápido como podía, entró bruscamente en la posada. El dolor de su herida se había vuelto insoportable. Dejando un saco de monedas en la mesa donde Sassy dormía a pierna suelta, subió los escalones y cerró la puerta de su habitación.
Quitándose la capa, apoyando su espada en un costado y quitandose los hombros de la armadura, cayó rendido por el cansancio en la cama. Respiraba dificultosamente y apenas podía percibir que es lo que pasaba a su alrededor. Todo giraba rápidamente y sentía como perdía el control de su cuerpo.
-Maldita herida, juró que arrasare con todos los animales de este nefasto lugar. No me importa como reaccionen las autoridades de Ventormenta: los matare a todos...
"Creo que me desmaye hace unas horas. No tengo ni idea de como llegue hasta aquí sin llamar la atención, incluso atacando a ese anciano que quiso quitarme mi espada. Mi herida sigue sin cerrar: la pierna esta inflamada y temo que me matará si no encuentro un antídoto para esto. Sin embargo, ese llamado que he sentido hace semanas lo siento más fuerte que antes. Algo... me llama... Tambien siento que no soy el mismo de antes: nunca he atacado a otras personas sin haber sido atacado antes por ellas. Ahora mismo me desagrada el calor de la llama de la lámpara, cuando antes sentía una gran admiración por la reconfortante sensación del fuego cercano. Ya no se adonde dirigirme. Millicent, puede oírme? Guía mi mano, pues sin ti estoy ahora pérdido y a merced de este mundo..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario