Llega el momento en el que piensas, sí, te paras a pensar y dices "Esperen un segundo... " en ese momento empiezas a darle vueltas a todo mientras el cigarro se consume y matas poco a poco tus pulmones.
¿Amor?¿Familia?¿Amigos?
¿Dónde?
Te sientes solo, lloras pero no hay lágrimas, gritas pero no hay sonido alguno, golpeas pero no hay movimiento en ti.
¿Cómo uno puede auto-destruirse por dentro mientras le sonríe a otro haciéndole creer que todo está bien?
¿Cómo eres si quiera capaz de pronunciar "Estoy bien" o "Todo está bien, no te preocupes" ?
Mentiras, sí señores, vivimos de mentiras y no me apena ni me avergüenza decir que miento desde que me levanto y a la primera persona a la que le miento es a mí misma.
"Vamos" "Levántate, tu puedes con este día" ¡JA!.
Este es mi momento de sinceridad, el momento en el que mis ángeles y mis demonios se encuentran y se sientan a contemplar como me mato sin que ellos tengan que mover un solo dedo, como muevo esta arma mortal a mis labios y dejo que me mate por dentro, como boto el humo que es testigo de lo que he dejado que haga en mi interior, tal vez entienda que yo no fumo para gozarlo... yo fumo para morir.
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