24 jul 2014

Memorias-Capítulo 1



Camino con la mirada perdida mientras mil recuerdos se apoderan de mí
-Odio las fotos- dijiste con seriedad
-¿Por qué?
-No lo sé, sólo las odio- te miré incrédula porque de verdad creí que las odiabas.
Mentiste, ayer mientras vagaba en las redes vi una foto en la que aparecías con tus amigos y amigas divirtiéndote en una fiesta a la que habías acudido hace poco; no puedo creer todas las mentiras que pude creer sobre ti, generalmente sólo porque pensé que si hacías ciertas cosas conmigo significaba que tal vez, y solo tal vez, yo era especial. Pero me equivoqué, como siempre.
Camino tocando las paredes y las plantas, raras manías mías ¿Siempre las detestaste verdad? te hacía recordar que tal vez yo era muy aniñada para mi edad, hasta quién sabe, pensaste incluso que eso me hacía una inmadura. Y la verdad es que te escogí a ti porque contigo yo podía ser sólo yo, porque no tenía que fingir ser algo que yo no era, porque por primera vez no usaba una relación para conseguir dolor; sí, sólo buscaba relaciones amorosas para que me hagan sentir como basura ¿Por qué?
Es una buena pregunta tal vez era porque yo estaba acostumbrada a sentirlo y porque era masoquista por ello buscaba tener a los más patanes conmigo y lo logré, conseguí al idiota más detestable al que más me insultaba o me humillaba con quién cometí muchos errores con tal de que no se vaya consiguiendo que se quede por dos largos años llenos de caricias y palabras  vacías, exacto... nunca amé y era una gran mentirosa en mi pasado.
-No quiero herirte jamás- me miraste mientras tus perfectos labios lo decían
-No lo harás sé que no, por favor nunca me dejes juro que te haré feliz- respondí mientras tenía un nudo en la garganta.
Nunca había sido tan malditaseamente, si esa palabra existe, sincera.
-No lo haré, no te dejaré... lo prometo-tus ojos buscaron los míos que empezaban a lagrimear y me besaste
Pero las promesas se hacen humo, incluso las tuyas.
Acabo de tropezar pero felizmente los pies aún saben cuál es su función ante una pre-caída y más si se trata de lo torpe que soy.
Y también es eso: yo no soy ninguna chica excepcional, no tengo buenas medidas, con lo cual me atormento a diario, no soy graciosa, no hablo mucho, no soy bonita, no puedo ver tan bien sin lentes, no tengo los dientes perfectos, no tengo un cabello largo y suave, no tengo un buen cutis, no soy nada... nada, pero pensé que era "algo" para ti ¿Que ingenua verdad?
Sé que tuviste a mejores chicas contigo y que tal vez, por cómo eres, podrías tener a muchas más, muchas que sean mucho mejores que yo obviamente, y en realidad todas tal vez puedan ser mejores que yo ya que ellas no se atormentan con su existencia ni sus problemas como yo lo hago.
Sé que no soy una de esas chicas que tienen muchos amigos, que van a muchas fiestas, que se expresan de la forma más degradante posible, que tienen kilos de maquillaje en la cara, que no se complican con nada, que obtienen toda la atención como muchas cosas más pero sé que yo nunca podría ser así ya que soy muy tímida, prefiero quedarme en casa leyendo un buen libro o escuchando buena música o viendo una serie antes que ir a una fiesta, no incluyo malas palabras en mi vocabulario, odio sentir mi cara maquillada o invertir tanto tiempo arreglándome, me estreso mucho por conseguir buenas notas o con todo lo que pase y tenga que ver conmigo, busco pasar inadvertida para todos como muchas cosas más también.
-¿Por qué creías que iba a hacerte daño?
-Pensé que te gustaban otro tipo de chicas- dije y esquivé tu mirada clavando la mía en un árbol cercano a nosotros
-¿A qué te refieres con otro tipo de chicas?- tomaste mi mentón y atrajiste mi mirada a la tuya
-Mm, las chicas que son extrovertidas, las que toman y fuman, las que van a antros y se pintan el cabello, las que se expresan fácilmente y tienen muchos amigos- bajé la mirada avergonzada
-Estás equivocada, bueno antes lo hacían tienes razón me gustaban, pero me he dado cuenta de que no, que vale más una chica como tú, o mejor dicho, más sólo tú porque no hay nadie como tú, que lo valoras todo, eres inteligente, no necesitas maquillarte ni hacer cosas locas para verte bonita, me encantas.
Me dejaste sin palabras y el brillo en tus ojos me engatusó no podía creer que estaba sintiendo lo que sentía, por primera vez me estaba enamorando…Y yo te gustaba, te gustaba mostrándote todo de mí, increíble.
Creí conocerte como creí conocer estas calles también, tengo que admitirlo estoy perdida no reconozco a dónde me han llevado mis pasos mientras pensaba en ti así que seguiré avanzando en busca de algún lugar conocido o por última opción tendré que preguntarle a alguien cómo llegar al establecimiento más cercano.
Hay tantas cosas que me gustaría decirte pero no puedo, no puedo expresarme fácilmente con los demás, nunca busqué hacerlo siempre viví en mi soledad y se sentía cómodo pero tú cambiaste eso… me sacaste de mi burbuja para hallar ese sitio en el que yo encajaba perfectamente ese que está bajo tus brazos que venía con varias tandas de besos y mimadas tuyas. Ese sitio que me encanta y al que podría volver siempre.
- Una pregunta
- Claro, dímela -no puedo mentirte si así lo quisiera, sabía que si te decía la verdad no me juzgarías
- ¿Estás enamorándote? – Dios, esa pregunta… ¿Tenía que venir ahora mismo?
-Yo, bueno yo, mm yo, sí… sí estoy enamorándome y sé que uno lo hace sólo una vez en la vida- me sonrojé, aún no me acostumbraba a demostrar mis sentimientos hacia ti y esa pregunta me puso muy nerviosa- y… ¿y tú?
Me miraste por un momento, tu expresión cambió y puedo jurar que me vi reflejada en tus ojos como algo demasiado importante en tu vida, tomaste mi rostro entre tus manos y cerraste tus ojos mientras juntabas nuestras narices
-Sí, esta es la primera vez que siento algo así y puedo prometerlo… estoy… estoy enamorándome de ti y perdidamente.
No sabes cómo duele recordar todo esto tengo que reprimir las lágrimas para que nadie me vea mientras trato de llegar a casa y
- Oh, lo siento mucho yo no estaba… - ¿viendo? Oh no ¿Esto está pasando?
-No te preocupes fui yo quien no estaba vien…- levantaste la mirada y me viste, te tardó como medio minuto salir del shock y cerciorarte de que era yo- Hola
-Hola – mis ojos debían estar húmedos porque me viste con preocupación – cómo… ¿Cómo estás? – malditos nervios siempre haciéndome titubear, qué torpe.
-Algo bien creo ehm y ¿tú cómo estás?
-¿Bien crees? Oh disculpa, no voy a meterme, yo sólo estoy normal – no puedo mentirte así que no lo hago.
- No te preocupes no estás metiéndote ni nada y soy yo quien debe preguntar ¿Normal? ¿A qué te refieres con eso?- frunces el ceño y aplicas esa mirada que me hace escupir todo lo que tenga en mente
-Yo sólo estoy normal… me refiero a que me siento común ni bien ni mal- digo antes de que pueda controlar mi tonta lengua.
-Siempre te lo dije no eres alguien común
-Eso no lo sé, ¿Por qué crees que estás bien y no que no lo estás?
-Son muchas cosas que pasan y ehm bueno no creo estar bien es cierto- Esquivas mi mirada mientras cada palabra sale de tu boca
-No te dije que no lo fuera
-Sabes muy bien qué es lo que pasa conmigo
-Yo te veo bien es a eso a lo que me refiero
-Sé que tal vez lo creas por cosas que veas en mi Facebook o en mis estados de whatsapp pero no necesito que todos sepan que me siento fatal
-¿Te sientes fatal? ¿Algo bien? No lo entiendo.
-Deberías entender que estoy mal, sólo eso y a propósito ¿Qué estás haciendo aquí?
-¿Y por qué lo estás? , yo sólo salí a caminar y no tenía idea de dónde estaba hasta que llegué aquí- No lo había notado pero estaba en la plaza de tu distrito, que idiota soy.
-Sabes muy bien por qué- bajaste la mirada a tus bolsillos mientras jugueteabas con tus llaves.
-No, no lo sé – no sabía por qué pero creía saberlo, tal vez estabas tan afectado como yo por romper pero había una mínima posibilidad porque yo siempre estaba equivocada
-Es por ti, te extraño tanto, no sé cómo seguir…
¿Acabas de decir lo que acabas de decir? Me he quedado con los ojos abiertos como platos y lo que has dicho me acaba de dar un vuelco al corazón, tú … tú si estabas tan mal como yo…
 Yyyyy despues de tiempo, llego la colaboración de la tercera colaboradora (que repetitivo) que prefiere pasar de anónima ._. Así que, pueden llamarla...Anónima?

20 jul 2014

De Fuego y Ceniza-Pt4: Tan hermoso, que asfixia!

-Hola? Hay alguien en casa?
Apartando a un lado las telarañas, y moviendo de su camino los muebles sucios y viejos, Ignos fue adentrandose en Scholomance. Una suave y gélida brisa le helaba el cuerpo, y pronto sintió el deseo de sentir el cálido abrazo del fuego. Apoyandose en una silla, comenzó a hurgar en su mochila buscando cualquier cosa que pudiera arder.
Al no encontrar nada, y más aun cuando lo vació todo en una mesa polvorienta, comenzó a sentirse asfixiado. En todo ese momento, no se dio cuenta que la sala a la que habia entrado no poseia ninguna ventana, y el pesado portón de madera se habia cerrado detras de el.
-*cof cof* Joder. Necesito salir, y rápido. Esto no es una buena manera de recibir a los invitadoosss...
Un sopor insoportable se apodero de Ignos, y sintiendo sus piernas fallar, se desplomó en medio de la sala, sintio el portón abrirse y vio una sombra proyectarse frente a el, antes de perder el conocimiento.
Mientras tanto, afuera Magum ya había despertado. Al tratar de levantarse, sintió algo moviendose entre los arbustos. Sin poder mantenerse de pie mucho tiempo, cayó al suelo y rápidamente cogió una rama gruesa, agitando el extremo roto de forma amenazante. Entre las hojas, asomaron un par de ojos verdes. Pensando que se trataba de un elfo pícaro, Magum levantó el brazo para lanzar la rama, pero se contuvo al ver que no era un elfo, sino un conejo extraño con cuernos, colmillos y alas lo que salía de debajo de los arbustos. Sin salir de su asombro, vio que el conejo dejaba un camino de plantas y flores vivas por donde pasaba, y el hecho de encontrarse en un lugar como las Tierras de la Peste aumentaba lo asombroso que era ello. Magum no podía pensar en nada más que en ese pequeño animal: incluso se había olvidado de Ignos, el cual había desaparecido mientras Magum dormía. Estaba tan absorto, que no se fijo en como el conejo se le acercaba lentamente, mientras que con las orejas gachas, no paraba de sacudir su nariz.
-Acaso no eres el animal más precioso de todo este podrido lugar? Pero que precio-
*SHUNKT*
-No eres de por aquí, verdad colega?
Saliendo del estado de trance, Magum vio por detrás un troll que salia con el arco en la mano acompañado de una pantera. Tras saludar y acariciar a su pantera para indicarle que no atacara, el troll se acercó con un entramado de hojas que despedían un olor desagradable.
-Pero que, porque mataste a ese inocente -el troll sin detenerse cogió del rabo el cuerpo podrido del que ya no era un conejo, sino una raposa, y se lo mostró en la cara a Magum- animalouh...hummm. Pero, si ese, un conejo raro, y ahora, cómo?
El troll se agacho y comenzó a cubrir la herida de Magum con el entramado. Mirando a su pantera, apuntó el cadáver, a lo que el animal reaccionó levantandolo y llevándoselo del lugar.
-Eso no era un anim'a corriente. Alguien le debe haber hechado un encantamiento para cubri' su verdadera forma, por alguna razón. Es un milagro que no te haya mo'dido colega, las raposas pueden envenenarte al morder. ¿Por qué dejaste que se te subiera, y po'que estas dormido al lado de un lugar tan peligroso como Scholomance? E' decir, quién puede ser tan idiota de hacer algo así?
 Lo chistoso, es que esto me paso dentro del juego ._. Tengo tantas anécdotas que me sirven de inspiración, que a veces me dan ganas de regresar la vicio! El lado malo es que, lagg.

17 jul 2014

Noviembre-Tercer Capítulo



Llegaron a la casa, era un edificio verde de tres pisos, la sala estaba vestida de noche y no fue muy difícil encontrar la casa porque quedaba en el centro, por ello es que no había ni un solo auto estacionado y tuvo miedo, mucho miedo de entrar; tenía miedo de lo que encontraría adentro, desconocidos, conocidos y los que había dejado de conocer.
Era una habitación muy larga, llena de sillas y al final, una pequeña mesa con algunas cosas especificas como un pequeño florero con flores moradas y rojas; un libro amarillo enorme y un peluche de oso pequeño.
Entonces él y Gerardo ocultaron sus ojos tras las gafas oscuras y con ternos muy elegantes se sentaron en los asientos mas escondidos de toda la sala. Su piel se heló, se lleno de miedo, no quería que nadie lo reconociera, ni sus propios amigos que de seguro uno que otro estarían ahí, ni su familia, menos la familia de ella. Quería ver donde estaba el ataúd pero no lo encontró. Nadie lloraba, todos estaban sentados con caras pálidas y sin emoción, no quiso ver mas por miedo de que alguien lo reconociera pero sentía que alguien lo observaba, que alguien estaba detrás suyo y que no le quitaba los ojos de encima.
-Gerardo, hazme un favor- susurro para no interrumpir la paz de la sala.
-Dime.
-Párate y pregunta donde esta ella y busca algún conocido, averíguate quienes han venido- entonces Gerardo se paró casi de inmediato y se acercó a una señora de cabello negro largo que estaba parada mirando el piso. Está le señalo apenada una puerta de madera que se encontraba al fondo.
-Solo pueden entrar uno de uno- respondió con una voz entrecortada.
-¿Usted es familiar?- preguntó Gerardo muy sutilmente.
-Si- respondió y volvió a bajar la cabeza. No se le miraban los ojos, también estaba con lentes. En si, todos estaban con lentes, nadie podía ver la tristeza del otro, solo el de uno mismo.
-¿De que falleció?
-¿Usted la conocía?-preguntó antes.
-Si, hace años nos conocimos.
-Leucemia, fue empeorando ¿sabe? No era tan sencilla la enfermedad, ya era crónica y mira, ya no está, se han llevado la luz de esta familia- volvió a bajar la cabeza, quien sabe, quizás para seguir llorando.
-Lo lamento, en serio- fue y la abrazó y se quedó así por largo tiempo al verla muy afligida.
-¿Has reconocido a alguien?- le preguntó en cuanto llegó.
-Más o menos; si están sus compañeras de escuela, así que olvídate hermano, te van a reconocer. También vi a Ricardo, Paul y Manuel ¿Qué hacen aquí? No sé, pero ahí están.
-Ojala no me vean, ¿has visto algún familiar?- volvió a preguntar.
-Si a una señora... solo a ella- volteó para ver donde estaba.
-Bien, solo quiero verla una vez ¿sí? Una última vez, despedirme de ella e irme, regresar a la vida que me ha quitado estos días, ¿Dónde está?
-Me dijo que estaba detrás de esa puerta de al fondo.
-Bien, párate, vamos- estaban ya parados cuando escucharon una voz masculina hablando desde el micrófono.
-Gracias a todos por su presencia, de corazón agradecemos que se hayan tomado un tiempo en su día para poder asistir.
Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia.” Isaías 64:6  Sin embargo su gran misericordia se revela al darnos la posibilidad de que cualquiera de nosotros reciba redención por sus pecados.  “Dios ha enviado a su hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de ÉL “1 Juan 4:9.  Se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de Cruz, Filipenses 2:8.  Por su muerte, invalidó la idea de que no mereces ser amado.  Nuestra fe no se apoya en una teoría abstracta o en vanas promesas.  Se fundamentan en un acontecimiento real que marcó la historia para siempre.  Mira la Cruz.  Allí ÉL probó su amor por ti.
Catalina, nos deja... muy joven, en la plenitud de la juventud; familia y amigos estamos aquí presentes para hacerle memoria de lo que ella dejo en vida. Señor, ahora que está contigo, sabemos que es feliz.
-¿Quién es? ¿Lo conoces?- preguntó Gerardo.
-No, no recuerdo haberlo visto antes.
-¿Por qué han alargado el velorio? ¿Sabes?- volvió a preguntar Gerardo muy confundido, perdido; no sabía que estaba haciendo ahí, entre tantas personas tristes.
-No lo sé, estarían esperando a un familiar que vive lejos o simplemente quisieron darse más días para despedirse de ella.- movió la cabeza a los costados y pudo reconocer a Pamela, una antigua amiga.
-¿No sientes pena? porque te veo muy frió.
-Si estoy triste, solo que no sé como exteriorizarlo, no lo sé, ya no sé nada de ella y ahora menos; me cuesta un poco creer que ya desapareció- bajó la cabeza para poder entenderlo, para poder entenderse a sí mismo.
Gerardo se fue después de una hora y lo dejo solo, sin compañía, con miedo y con tristeza, esa tristeza que nunca supo mostrar pero estaba ahí, en el velorio de Catalina.
-Perdone- lo despertó una voz clara, femenina y bonita; un rostro familiar pronto estuvo frente a él. -¿Creo que lo conozco?
-Marcela- sonrió.
-Pensé que no vendrías- se sentó a lado suyo después de darle un amistoso beso en el cachete. -Lo lamento demasiado, no sabes cuánto.
-Gracias, yo también lo lamento- y ambos guardaron silencio.
-¿Cómo te enteraste?- preguntó de pronto luego de unos largos minutos y se dio cuenta que en realidad Marcela no había cambiado casi en nada, seguía siendo simpática, con un largo cabello color miel que lo sostenía en una cola alta.
-Me llamo Morelia, y me dijo que les dijera a todas de la promoción, mira y todas están aquí.
-¿Me han reconocido?
-Sí, pero prefirieron quedarse en silencio y meditarla; no entiendo como paso. Era muy linda, muy tierna, no puedo creer que haya pasado. Es como una gran herida para todas.. ¿tu como estas?
-No lo sé, creo que aún estoy en shock, sí, creo que debe ser eso- volvió a bajar la cabeza.
-Bueno, fue una de tus enamoradas. ¿Quieres ir a verla? Mira esta libre el cuarto- le señaló la puerta café.
-Sí creo que si porque no voy a poder acompañarla en el entierro, ahora regreso- se paró inmediatamente de su silla sin despedirse de Marcela y se dirigió a su reencuentro, con la niña de pecas.
-Hay alguien adentro- lo detuvo una mano.
-¿Disculpe?- vio el rostro familiar pero no quiso averiguarlo, así que espero.

13 jul 2014

De Fuego y Ceniza Pt3: La niebla es acogedora!

*KABOOM*
Una enorme nube de polvo cubría el lugar. Se escuchaban los chillidos de las almas en pena, y los pocos necrófagos sobrevivientes a la explosión se encontraban atrapados entre gruesas estalactitas de hielo, las cuales atacaban sin poder romper. Cuando la polvareda cesó, se dejo ver que el explosivo de Ignos no había provocado un incendio: al explotar, se había generado una enorme esfera de agujas que había atravesado por completo el cruce de Corin, matando a los necrófagos y atrapando a los que habían sobrevivido a la explosión.
-WOOoooOOOO!!! ESO FUE INCREÍBLE! Magum, como es posible que no me hayas dado esa piedra rarita antes? Tengo que fabricar otro de estos!
Con muchisima dificultad, Magum se arrastro fuera de los arbustos. Llevaba la pierna vendada, pero ensangrentada. Puede que Ignos fuera un completo idiota, pero el ver como manaba sangre de la herida le hizo comprender lo que había pasado.
-Ay, no. Rápido, apoyate en mi. El vendaje lo has hecho con tu ropa?
Magum asintió con la cabeza, mientras apretaba los dientes soportando el dolor.
-No va a funcionar: tenemos que llegar a cualquier lugar: una posada, un puesto de vigilancia, lo que sea. Tienen que curarte esa herida, o moriras desangrado.
-No seas torpe, -dijo Magum incorporandose- no moriré desangrado por este rasguño. Me las he apañado con heridas más profundas: nadie me cree, pero cuando trabajaba en las minas de los Páramos, muchas veces sufrí accidentes con las herramientas que nos daban para usar. Venga, solo hay que ir río abajo y estoy seguro encontraremos algún lugar donde pueda descansar.
Y así como se dijo, Ignos le sirvió de bastón a su amigo y continuaron la travesía río abajo. Al llegar a un lago del río, Ignos advirtió en la penumbra un castillo en el centro de lago.
-Mira! Un castillo en medio del lago! Tal ves allí podamos descansar por un momento, y puede que hasta incluso te puedan ayudar con tus heridas.
-zzz...
-Magum? Pst! Despierta bello durmiente!
-zzz...
-... muy bien. Debes estar cansado por perder tanta sangre. Mientras estas dormido, iré a por ayuda.
Ignos recosto a Magum al pie de uno de los abetos que se encontraban en el lugar, y dejando junto a el una mochila con víveres y un cuchillo, nado recto hacia el castillo. Solo tenia una idea en mente:
"Un castillo en medio lago. El conde que viva aquí debe ser rico para haberlo construido aquí, y por lo tanto debe ser capaz de poder ayudarme. En caso que sea maleducado, solo le pediré los vendajes y me iré por donde vine. No hecharé nada a perder."
Al llegar al muelle, se dio cuenta que la neblina, aunque espesa, solo ocultaba la visata al exterior: el resto de la isla podia verse con total claridad. Acercandose al castillo, se llevo la sorpresa de que el lugar estaba abandonado, y las puertas de la entrada se hallaban completamente destruidas.
A la derecha, un madero en el suelo llevaba la inscripción de
-Scho...Scholomance. Vaya, nunca había oído ese nombre. Supongo que ya que el lugar esta abandonado, no sera molestia de nadie que entre a sacar un poco de todo para poder seguir el viaje sin problemas. Tranquilo Magum, ya tengo la solución para tu herida.
 Tercera parte yay! Perdon por enviarlo tan tarde :s He estado muy somnoliento estos días. Ya me volvere más activo aprovechando qeu estoy de vacaciones :D

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