Camino de regreso a casa después de un día más, uno de esos
en los que solo quieres llegar, darte una ducha y quedarte sentado sin hacer
absolutamente nada, las últimas semanas fueron así, mi vida de a pocos se tornó
tan monótona que perdí contacto con mi parte humana, al menos lo sentía así,
solo actuaba por la parte racional de mi cuerpo, sin sentimientos…
En fin, si yo no puedo entenderme, ¿Quién si? ¿A dónde
quería llegar con esto? Claro, iba caminando pensando que el final del día
seria como siempre, cuando alzo la vista y la veo. Veo la claridad con la que
se expresa sin buscar eso, es simplemente ella, que iluminaba como nunca antes
la había visto, estuve mucho tiempo buscando la perfección y la encontré por
fin, era aquello que esperaba para despertar de todo esto, ese pequeño momento
que sería eterno en mi alma, la llevaría a partir de ahora conmigo.
¿Hablarle? Me creerían una persona demente, ella es de las
pequeñas “cosas” que nos da la vida que se han de apreciar mas no tocar, porque
de cualquier forma seria algo muy complicado de aspirar verla más cerca, aunque
para mi verla de lejos era suficiente, hizo que pueda vislumbrarla un día más,
pero sería el último. (Me prometí que así seria para evitar en un futuro tener
mil pedazos más de mi alma).
Puedo recordar claramente su cabello castaño a veces suelto
otras sujeto en una coleta, de cualquier forma se veía hermosa; esos ojos
marrones que me llenaban de felicidad cada que me encontraba con ellos, ya sea
porque me sorprendía mirándola(es que era inevitable para mi hacerlo, se veía
tan tranquila a mi lado que nunca pensé …) o cuando en un momento dado al rozar
sus labios podía apreciar de cerca ese color tan peculiar que me producía una
sonrisa y ella claro solo veía unos ordinarios ojos cafés, pero lo que ni ella
puede negar es que la miraban con amor. Sus labios al pronunciar mi nombre, al
dedicarme una sonrisa, al decir que me amaba y que no la perdería, al besarme;
dios lo recuerdo todo.
Y aquí estoy, esperando que la noche termine, para dejarla guardada
muy dentro de mí, en ese pequeño espacio que solo lleva su nombre, ese espacio
que se ganó incluso antes de tenerla a mi lado y que a pesar del poco tiempo
que compartimos lo tiene merecido, porque nadie como ella existirá más, nadie
como ella para hacerme sentir así, quizás no sea la última, pero por ahora solo
ella se quedara ahí.
Luna, yo sé que al momento de mirarte solo podía hacer algo,
escribir. Por más intentos que tuviese no podía escribir de ti, mi ojos al
verte solo hicieron algo, verla. No me arrepiento que esta noche la haya tenido
presente, por el contrario me siento una persona orgullosa de poder decir que
la vi una vez más y que es el fin de esta historia.
Gracias por regresar esa parte que me faltaba, espero
verte más, solo que con la consigna de no recordarla, sino que generes en mi
las ganas de seguir aquí escribiendo, recuerda todos los días te veo, te veo en
mi mente aunque suene a falsedad, pero solo digo la verdad; te quedaras
guardada en mi ser por siempre…